Boletín Hoard's Dairyman en español


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La causa de un brote de diarrea puede ser difícil de encontrar

por Sheila Mc Guirk, D.V.M.




Tengo un centro de recría con becerras Jersey y cruzas de Jersey. El establo que me envía las becerras hace un trabajo excelente en el área de maternidad con el suministro del calostro. Después de dejar a la vaca con la cría unos 15 minutos, se lleva a un ambiente cálido para suministrar entre 3 o 4 litros de calostro de buena calidad, dependiendo del tamaño de la becerra. 4 horas después, les dan una segunda toma de dos litros. Antes de la primera toma utilizan Calf Guard para prevenir la diarrea. Las concentraciones de proteína en suero promedian alrededor de 7.

Desafortunadamente, vemos un número amplio (entre el 25 y 50%) de las becerras entre 2 y 3 semanas de edad presentando diarrea. Perdimos dos becerras en diciembre y les hicimos necropsia. Ambas resultaron positivas con Cryptosporidium y coronavirus.

Sabemos que hay Cryptosporidium en el ambiente del establo que las envía. Estuvimos analizando cuál sería la fuente de coronavirus, ya que las madres reciben ScourGuard y las becerras Calf-Guard.

Tengo un galpón nuevo para las becerras, pero estoy todo el tiempo vigilando mi operación para asegurarme de que no sea la causa del problema. Recibo la leche de desecho de varios establos y hago pruebas en el pasteurizador frecuentemente. Los números de bacterias están muy bien, salen incluso debajo de los niveles aptos para consumo humano.

Recibo becerras de tres establos distintos, pero sólo tengo problemas con este. Comencé a criar las becerras de este establo en diciembre, y ya he perdido cinco, todas positivas para Cryptosporidium y coronavirus. El centro de recría anterior no experimentó los mismos problemas.

Intentamos hacer todo lo que podemos para criar las mejores becerras, y hemos estado lidiando por tiempo suficiente con este problema. Cualquier luz que nos pueda dar al respecto será muy apreciada.

Wisconsin B.E.

Ustedes están haciendo bien muchas cosas. Entendemos por qué la persistencia de problemas de diarrea por Cryptosporidium y coronavirus resulta frustrante. Con la excelencia en manejo demostrada en su pregunta, las metas razonables serían menos del 25% de becerras con diarrea por enfermedad, y menos del 3% de muertes por diarrea antes del destete.

El aspecto más importante de tratar la diarrea en becerras es mantenerlas hidratadas. Usted comenta que lo están haciendo, pero vale la pena recordarlo, además de la leche que beberá la becerra, dele entre 3 y 4 litros de solución de electrolitos orales mezclados en agua tibia, y divididos entre dos o más comidas diarias.

Siempre tenga agua limpia y fresca al alcance de la becerra. Las becerras con diarrea que toman leche, suero oral y agua adicional continuarán presentando estiércol suelto. Eso no es una mala señal, siempre y cuando las vea mantenerse alerta y activas. Continúe rehidratando, le llevará entre 6 y 7 días reparar el daño intestinal.

La exposición a coronavirus, Cryptosporidium parvum u otros agentes causantes de diarrea, generalmente viene de becerras infectadas y un ambiente contaminado. La diseminación de vacas adultas puede ser más grave como fuente de infección de coronavirus, en comparación a C. parvum. Desafortunadamente, el uso de ScourGuard y/o Calf-Guard no es una garantía absoluta contra la infección en las primeras semanas de vida. La diseminación de vacas adultas contamina el corral de partos, un problema que puede eliminarse removiendo a las becerras recién nacidas en los primeros 10 minutos del nacimiento, antes de que hagan el esfuerzo de pararse.

La diseminación de los agentes diarreicos por parte de vacas adultas, es también una fuente potencial de contaminación de calostro, si la preparación de la ubre y los procedimientos de ordeño en vacas recién paridas no son idénticos a los altos estándares de calidad utilizados en el ordeño ordinario. Sería muy complicado discernir la presencia de coronavirus en el calostro o la leche, pero la contaminación del calostro es una fuente potencial de la infección que provoca la diarrea.

Para que se manifieste la diarrea en las becerras, deben ingerir material con contaminación fecal, provocando alteraciones en la digestión, absorción o secreción intestinal normal. No todas las becerras expuestas a los agentes causantes de diarrea quedan infectadas, y no todas las becerras infectadas presentan diarrea.

Las becerras que quedan infectadas, tienen un periodo de incubación de 24 a 72 horas antes de presentar diarrea, dependiendo del agente causal, la carga infecciosa, salud y estado nutricional en general. Para becerras que presentan diarrea por primera vez entre las 2 o 3 semanas de edad, podríamos pensar que una vaca adulta, el corral de partos, el calostro o la caseta donde la pusieron, podrían no ser la fuente de infección. Más bien habría que pensar en otras causas, como la fuente de alimento o el ambiente en que se encuentra a los 7 o 10 días de edad.

Con base en la información que nos proporcionó, es poco probable que la leche de desecho pasteurizada sea la fuente de la infección. Aplaudimos su monitoreo regular de las cuentas estándar en placa después de la pasteurización. Puede ir todavía un paso más allá y tomar muestras de los baldes de leche de las becerras, para confirmar que el problema no sea una contaminación posterior a la pasteurización.

Según nos describe, tiene buenos protocolos de limpieza para los corrales de becerras. Involucre a su veterinario para revisar si están funcionando bien. Las cuentas bacterianas y los cultivos de muestras del material de cama podrían ser herramientas especializadas que vale la pena tomar en cuenta para valorar la contaminación ambiental en sus instalaciones.

Nos comentó también que utiliza amoniaco para limpiar los corrales de becerras. Desafortunadamente, es posible que el amoniaco no sea un desinfectante tan eficiente como usted hubiera esperado, o que los agentes causantes de infección sean diseminados en el aire (aerosolización) durante la limpieza. Pida a su veterinario realizar análisis de muestras fecales para buscar coccidiosis, buscar signos clínicos de neumonía, infección subyacente de virus de la diarrea viral bovina, o cualquier otro problema de salud que pudiera hacer a las becerras más vulnerables.

A las 2 o 3 semanas de edad, especialmente en el invierno, la leche para alimentar a una becerra Jersey debe aumentarse a un litro dos veces al día, para mejorar la inmunidad. El estrés causado por el clima frío, en combinación con la enfermedad, incrementa significativamente los requerimientos metabólicos de todas las becerras, independientemente de la raza. Igualmente, evite vacunaciones y descornado durante ese periodo de mayor vulnerabilidad.

Es relativamente frecuente encontrar niveles distintos de resistencia a la diarrea entre becerras de establos diferentes, incluso cuando están alojadas en ambientes similares y tienen la misma dieta. Muy probablemente, eso se deba a la salud y el manejo de las madres, la necesidad de asistencia en el parto, el tiempo que tardaron en sacar a las becerras del ambiente del parto, alimentación con calostro, inmunidad innata y/o genética.

Medir las concentraciones de proteínas totales en suero (PTS) cuando las becerras llegan al centro de recría es una manera de tener una idea acerca de las diferencias entre establos, pero no es la herramienta perfecta. Usted mencionó que muchas becerras tienen PTS con valores alrededor de 7. No nos gusta ver valores de más de 7.5 grs/dl en becerras recién nacidas. Asegúrese de que su refractómetro esté calibrado con exactitud, porque un error en el equipo sería una razón posible para valores tan altos.

Esperamos que esto le proporcione la información necesaria para dilucidar la fuente la infección. Separe o distancie a las becerras, para evitar en lo posible la diarrea que está observando a las 2 o 3 semanas de edad. Muchas veces, una resolución exitosa de los problemas de diarrea combina estrategias que reducen la exposición, aumentan la inmunidad calostral, y maximizan la resistencia a partir de la nutrición y control de otros problemas de salud. Buena suerte.

La autora es profesora emérito de la Universidad de Wisconsin.




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