Boletín Hoard's Dairyman en español




¿Les estamos enseñando malos hábitos a las vacas?

por Carla Wardin




A pesar de que resulte entretenido ver a las vacas corriendo hacia el alimento, y comenzar a comer apresuradamente, eso también es una señal de que están hambrientas. Desafortunadamente, podrían tener tanta hambre que resulte perjudicial.

“La razón por la que puede ser preocupante es porque, si las vacas hacen eso muy a menudo, van a consumir mucho alimento muy rápido”, dijo Trevor DeVries, profesor especialista en comportamiento del ganado de la Universidad de Guelph. “Eso podría tener un impacto negativo en el ambiente del rumen”.

“Las comidas grandes se digieren bastante rápido, en particular los carbohidratos altamente fermentables”, continuó, en el seminario en línea intitulado “Soluciones de Problemas de Salud en el Hato, atendiendo al Comportamiento Alimentario”, patrocinado por la Cooperativa Extensionista de la Universidad de Cornell. “Como resultado, el pH ruminal tiene una depresión potencial, y con ello, la digestibilidad de la fibra disminuye. Esos factores pueden tener un impacto negativo en la tasa de pasaje del rumen, la digestibilidad en general, e incluso influir en la probabilidad de depresión de la grasa de la leche, de modo que es un problema en potencia”.

Factores a considerar cuando evaluamos el comportamiento relacionado con la alimentación son:

La diferencia de tamaño entre las vacas.

La dinámica del grupo.

La densidad de aglomeración en el corral.

El tiempo necesario para permanecer en el comedero – sin estar esperando el ordeño.

Comidas pequeñas que alientan patrones consistentes de alimentación.

Manejo desde los primeros días de vida.

Acceso continuo al alimento.

Minimizar el estrés social y la competencia.

Detenga el espulgado

El manejo juega un papel en el comportamiento en el comedero, ya que los productores no deben pensar solamente en qué alimentos consume el animal, sino también la manera en que lo come. Por ejemplo, es importante que la ración totalmente mezclada (RTM) esté bien combinada, de modo que las vacas no puedan “espulgarla” (es decir, seleccionar las partículas).

“Las vacas son bastante aficionadas a escoger lo que más les gusta”, dijo DeVries.

El profesor citó datos de estudios demostrando que cuando las becerras después del destete, reciben el grano y el heno por separado, los productores no siempre obtienen los resultados esperados.

“Lo que hemos encontrado en algunos de esos trabajos es que cuando alimentamos a las becerras de esa manera, tienden a ir al comedero y consumir todo el grano bastante rápido, particularmente si hay competencia en el comedero, y dejan el forraje para el resto del día”, añadió.

En sus estudios, compararon el comportamiento de las becerras alimentadas con una RTM y una variedad sin mezclar.

“Encontramos que las becerras que recibieron los componentes de la dieta por separado, no solamente se acostumbraron a comer en oleadas, y comían el grano realmente rápido, sino que esos animales, de hecho, resultaron ser más competitivos en el comedero”, dijo DeVries. “Después de un cierto periodo de tiempo, cuando cambiamos a esos animales a una dieta común, observamos que mantuvieron los mismos patrones de comportamiento alimentario”, dijo.

Los humanos cambian el comportamiento del ganado

Como resultado, el manejo provocó este cambio en el comportamiento de los animales.

“De modo, que, de hecho, estábamos induciendo a las becerras a aprender a comer en oleadas, simplemente por la manera en que les suministrábamos el alimento. Definitivamente, es posible cambiar la manera en que manejamos el alimento en las primeras etapas de la vida, y eso puede tener un impacto potencial en el desarrollo posterior de los patrones de alimentación y de comportamiento relacionado con la comida”, concluyó.

La autora es productora de leche en Michigan



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