¿Ha probado el té de queso? Ese es solamente un ejemplo de la importancia de innovar los productos lácteos en todo el mundo, según Vikki Nicholson West, que es vicepresidenta de Mercadotecnia Global de Ingredientes en el Consejo de Exportación de Lácteos de Estados Unidos.
En el seminario en línea del 27 de octubre, patrocinado por Cargill, Nicholson describió una bebida que se compone de té caliente y lleva espuma en la parte superior. Esta espuma consiste en una mezcla de queso crema y leche en polvo reducida en grasa, dándole a la bebida su nombre: té de queso.
Si bien esta bebida no nos apetece a todos, se ha vuelto muy popular en los países asiáticos que representan un mercado de exportación importante para Estados Unidos, y nos habla de la innovación y áreas de oportunidad para la industria lechera.
“Trabajamos con las universidades y sus departamentos de ciencia de alimentos para conocer los ingredientes en los lácteos y cómo se pueden elaborar alimentos a partir de ellos”, Nicholson dijo que están haciendo esfuerzos para elaborar productos innovadores que coincidan con las preferencias culturales en Asia. “Les decimos a los estudiantes lo básico: costumbres, tipo de sabores, y otra información que pueda ser relevante. Entonces, los dejamos que prueben, y regresan con algunos productos realmente innovadores, además de ideas para utilizar, por ejemplo, la proteína de suero o la leche en polvo”.
La percepción importa
“Hace varios años, cuando fui por primera vez a China, le habían dicho al chef del lugar donde nos hospedábamos que los americanos no querían el desayuno chino, que debía hacernos un desayuno americano”, cuenta Mark Stephenson de la Universidad de Wisconsin, hablando de sus experiencias de comer en el extranjero. “Nos trajeron una mescolanza que era lo más bizarro que hubiera visto jamás, pero esa era su percepción de lo que los americanos iban a querer comer”.
La historia nos ofrece una analogía pertinente sobre como a veces en la industria lechera enfocamos las exportaciones, dijo Stephenson. Demasiadas veces, ofrecemos productos o ingredientes que pensamos los demás quieren, en lugar de averiguar lo que realmente quieren y necesitan.
“Hay que entender lo que realmente quieren”, continuó. “Debemos entender que no necesitamos hacerlos como nosotros, sino ofrecerles lo que quieren comer y presentarlo en la forma en que quieren verlo”.
Los ingredientes contenidos en los lácteos pueden ser parte de la solución y le ofrecen a la industria lechera una oportunidad para no solamente ser parte de esa cultura. Si la investigación nunca sobrepasa nuestros límites territoriales, podríamos estar innovando en una forma no viable. Cuando nuestra oferta coincide con la demanda, es un ganar ganar, tanto para productores como para consumidores.
“Queremos inspirar, fijarnos metas, ayudarlos a idear, y dejarlos hacer una lluvia de ideas”, concluyó Nicholson. “A medida que generan ideas, algunas también podrían volver a Estados Unidos y tal vez encontrar consumidores ahí”.
El seminario en inglés puede verse siguiendo el link:
https://bit.ly/3CLsCV1
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