Nos han llegado noticias sobre casos nuevos de la influenza aviar altamente patogénica en establos del oeste norteamericano. ¿Las aves siguen infectando o se trata más bien de una reinfección?
EEUU. Muchos productores de leche.
Esta pregunta ha sido muy común en los dos últimos meses con las nuevas detecciones en Nevada, Arizona, Idaho y Minnesota, a principios de este año. El punto más importante respecto a la influenza aviar no ha cambiado: Se trata de un problema de salud animal y no pone en peligro la salud alimentaria porque la pasteurización es efectiva en un 100%. Por lo tanto, el riesgo para el público en general sigue siendo bajo, aunque no igual a cero.
La respuesta específica a la pregunta es sí, en ambos aspectos, con diferencias interesantes. Los hatos en Arizona y Nevada tienen una nueva cepa de H5N1 que infecta vacas lecheras, llamada D1.1. Esta cepa es una de las predominantes en aves de caza y ha sido responsable de muchas infecciones en pollos de engorda. Hasta enero de este año, solamente habíamos identificado la cepa B3.13 en ganado lechero y hay evidencia genética de una sola transmisión de aves a ganado de leche, en noviembre o diciembre de 2023. Por otro lado, en los establos de Nevada hay evidencia de muchas transmisiones separadas de aves migratorias al ganado, que no se habían visto anteriormente. Y algo tal vez todavía más importante, estas cepas D1.1 también tienen una mutación en un sitio para un aminoácido específico que aumenta la capacidad del virus para infectar mamíferos. Sin embargo, no existe evidencia de que esa mutación incremente la virulencia o mortalidad en mamíferos.
Las detecciones en Idaho involucran la conocida cepa B3.13, la variante predominante de H5N1 que hemos estado controlando desde su detección oficial el 25 de marzo de 2024. Las repetidas identificaciones de B3.13 en Idaho indican que el virus continúa circulando entre vacas lecheras, probablemente debido a que algunos establos tienen hatos grandes con varias ubicaciones para crianza, inseminación y ordeño, donde los animales no infectados se introducen constantemente en corrales con animales portadores.
Los investigadores y veterinarios aún no tienen una comprensión completa de la forma en que H5N1 se disemina entre establos y/o entre las vacas. Sin embargo, existen muchos factores de riesgo, siendo el más significativo los movimientos de vacas en lactancia. Aunque varios estudios publicados han descartado varios factores, es evidente que no podemos replicar las condiciones de infección natural en un ambiente de investigación. Además, ninguna de nuestras instalaciones de investigación, con una alta biocontención, está diseñada para ordeñar vacas, mucho menos miles de vacas, diariamente.
Eso nos lleva a la pregunta de los pájaros. Aunque a menudo hemos escuchado que cualquier cosa que vuele trae el virus, no tenemos evidencia sustancial de que las especies distintas a la familia Anatidae (aves acuáticas migratorias) propaguen y diseminen H5N1. Esto lo sabemos debido a nuestra rápida capacidad para obtener secuencias de genoma completo de todas las muestras, que esencialmente son como las huellas digitales de la cepa viral. Sin embargo, las aves cantoras pueden ser fómites, como los pomos de la puerta en un edificio de oficinas, pero probablemente no impliquen un riesgo mayor, y no hay evidencia suficiente para sugerir que los estorninos y zanates deban ser eliminados de todos los establos.
La buena noticia, es que los laboratorios de diagnóstico veterinario están trabajando arduamente para eliminar el virus de los hatos lecheros y salvaguardar la salud animal de la industria lechera como la mejor del mundo.
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