En 2025, la industria lechera ha establecido un nuevo reto: 3 kg de componentes. Esta marca ha estado ganando adeptos, colocándose como una nueva meta para la producción de leche. De hecho, cada cierto tiempo hay un nuevo peldaño en la escalera productiva, ya sea un logro para celebrar o un nuevo reto que nos conduce a impulsar la producción de leche. Entonces ¿de qué se trata esta locura de los 3 kg? y ¿es el mejor parámetro desde el punto de vista económico?
Desafiando la norma
Suponiendo que un establo tiene un promedio de producción en tanque de 36 kg con 4.4% de grasa y 3.5% de proteína, eso se podría considerar bueno en muchos casos, pero 2.85 kg de sólidos, todavía no llega a la meta de los 3 kg. Si este productor va a una reunión y sale motivado para buscar esos 150 gramos que le faltan ¿qué podría hacer? Es posible que su deseo de aumentar la producción esté centrado en oportunidades poco realistas de cambios en la ración que podrían producir más leche. Tal vez un aumento simple en la ingestión podría acabar costándole entre 12 y 15 centavos de dólar por vaca. Quizás la grasa pueda elevarse al aumentar un ya “más alto que nunca” suministro de grasa comercial con C16:0. Esta grasa no será barata y la respuesta de grasa en leche, cuando se incluye este ácido graso en la dieta, no es lineal.
La última pieza del rompecabezas de la ración es un posible suministro más intenso de aminoácidos. Cuando las vacas ya están dando bien la leche, estos aminoácidos adicionales aumentan la proteína de la leche. Sin embargo, lo hacen de una forma menos eficaz cuando la ración ya está bien balanceada para proteína metabolizable y simplemente se añaden. El truco para mejorar la proteína de la leche podría ser más bien afinar el suministro almidón. Tal vez un poco más de almidón o aumentar la tasa de almidón podría producir suficiente proteína microbiana adicional como para darle un extra de proteína en la leche. Sin embargo, tenga cuidado, no vaya afectar la digestión de la fibra, porque entonces perderá grasa y ganará proteína.
¿Eso será bueno o malo? Depende del valor de cada componente en su mercado y cómo se modifican los costos de su ración para conseguir el incremento en componentes. Y no se olvide del riesgo de inversiones que no resultan según predijo el programa de balanceo de raciones. Por lo tanto, yo no correría sin más hacia la meta de los 3 kg.
Otra forma de conseguir más leche es reducir la aglomeración en los corrales en un 5% o 10%. Muchos establos juegan esta carta y, aunque siempre me pone nervioso, en una instalación bien manejada, se puede hacer de una manera sorprendentemente exitosa. Sin embargo, incluso en establos donde tienen un corral con aglomeración, si disminuye el número de vacas en un 10%, la mayoría estará de acuerdo en que la leche por vaca aumentará. Entonces ¿por qué no solamente reducir un poco el número de animales para aumentar la producción por vaca? En un establo bien manejado harán las cuentas para calcular si el aumento de leche por corral en realidad está incrementando las utilidades del establo en general. Entonces, en un corral con 250 echaderos ¿habrá más utilidades si llegamos a los 3 kg de componentes por vaca? o ¿será mejor tener 300 vacas en el mismo corral con menos flujo de leche? Para responder a eso, debemos valorar el costo de alimento, reemplazos, inventario de forraje disponible, permisos y/o cuotas de producción, frecuencia de ordeño y la forma en que pagan la leche en cada mercado.
Encontrando un feliz término medio
Sí, intentar conseguir hasta 3 kg de sólidos y las muchas formas de llegar ahí, es un esfuerzo noble. Mi lucha contra esta moda es que el encabezado y probablemente las premisas que la fundamentan, carecen de un mensaje económico sólido. En la mayoría de los casos, una mayor producción de componentes podría ofrecer un margen de utilidad más alto por vaca. Pero eso no pasa siempre. En ciertas regiones todavía se paga por leche fluida y contenido de grasa. También, podrían existir otros acuerdos comerciales donde haya valores diferentes para grasa, proteína u otros sólidos en leche.
Muchos en la industria ya no toman la leche fluida como su principal medida de productividad. En años recientes, se ha cambiado a kilogramos de grasa, precio de la grasa, después a proteína y su precio. Precios de grasa y proteína no siempre van juntos. Algunos factores como incertidumbre en tratados internacionales, cambios en la preferencia de los consumidores, así como variaciones estacionales en la cadena de suministro y demanda pueden afectar la forma en que grasa y proteína reflejan el ingreso por vaca.
Sumar simplemente ambos componentes juntos para calcular kilogramos por vaca, no toma en cuenta los avances recientes para optimizar los ingresos por leche en un mercado de cambio constante. ¿Se acuerda cuando los cambios en consumo de queso aumentaron el precio de la leche hace unos años? Más recientemente, la mantequilla ha estado dirigiendo el mercado. Echando un vistazo rápido al cambio en precio de la leche de mayo a junio de este año, el precio de grasa por kilogramo se elevó 1% y el de la proteína se disparó en un 14%.
Nuestras vacas han dado saltos en producción de leche, específicamente en producción de leche y nuestra nutrición está mejorando todo el tiempo. Sin embargo, el aumento de ganancias en producción podría ser más difícil de conseguir, cada kilo extra de grasa y proteína, modelado biológicamente, también debe tomar en cuenta la economía para producirlo. Tal vez los ingresos menos costos de alimentación todavía son la mejor medida para calcular las utilidades por vaca. Para evaluar la rentabilidad de todo el establo, yo sugeriría ingresos de leche por echadero.
Decida lo que funciona mejor
Considere ya sea leche corregida a energía o grasa por kilogramo ingerido, lo que mejor encaje con la forma en que le pagan la leche. Para hacer esta proporción todavía más significativa económicamente, considere la proporción entre ingresos por venta de leche y costo del alimento. Este valor lo podríamos llamar retorno sobre costo de alimento y evalúa el éxito de cada dólar invertido en alimento para producir ingresos por venta de leche. ¿Qué tiene este análisis que lo hace mejor que la leche corregida a grasa o energía por kilogramo ingerido? Este parámetro toma en cuenta el costo del alimento y el pago por la leche. Incluye todo, desde el éxito de la ración y problemas en el ordeño hasta el uso de aditivos y manejo de las vacas.
Desde mi punto de vista, el establo más rentable es que tiene probablemente la mejor diferencia entre ingresos por venta de leche y costo de alimento. Además de contar con el número de vacas suficientes como para maximizar los ingresos por echadero. Esto podría alinearse o no con los 3 kg de componentes.
No quisiera sonar negativo y todos debemos celebrar el hecho de que sea posible lograr esos 3 kg de componentes. Mi mensaje es que, si nos olvidamos de separar el valor de las dos cosas que crearon el total (grasa y proteína) habremos perdido realismo en la economía de la producción de leche. Y una última nota, si puede ir más allá o incluso superar los 3 kg de sólidos mejorando el éxito reproductivo, con desecho selectivo, confort de las vacas, higiene del alimento, enfriamiento y salud de pezuñas, entonces tendrá éxito en el retorno de la inversión.
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